La primera semana de septiembre arrancó sin certezas y una negociación. El sector automotriz tenía 15.000 unidades demoradas en el puerto de Zárate y no lograba conseguir los permisos para ingresarlas al país. A raíz de esa situación, se llegó a un acuerdo entre las automotrices y el Gobierno: cada marca ingresaba un modelo al programa de Precios Justos hasta el 31 de octubre y, a cambio, el Ejecutivo se comprometía a empezar a liberar modelos.
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