Humberto Dakak en una didáctica exposición contó porque la Argentina, a través de años de desaciertos se encuentra como está y cuál es el escenario económico que se presentará en los próximos años.
Humberto Dakak tiene tanta experiencia en el mundo de la economía como el Banco Masventas, en su posicionamiento en la región, apostando al crecimiento y al desarrollo de Salta. Atravesó distintas épocas, muchas de las cuales, plenas de turbulencia económicas, sin embargo confía en la recuperación, siempre y cuando se corrijan a tiempo, ciertas variables. Hace mucho que no habla con la prensa, pero su exposición didáctica lleva a escucharlo atentamente. Hay que destacar que esta nota se realizó antes del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, aunque sus definiciones no pierden actualidad.
¿Estamos mal, pero vamos bien?
Estamos igual desde 1946 hasta la fecha. Argentina lleva casi 72 años atravesando períodos en la cual la política económica es exactamente la misma, con un gasto público, que va in crescendo y es el causante de todos los males. La gente se preguntará ¿Que es el gasto público? Es muy sencillo. Si nosotros comparamos la economía personal con la del Estado, la diferencia consiste en saber que en esta última estamos todos; es decir los integrantes, individuos, que viven en un país con una práctica perversa porque gastamos más de lo que producimos. Esto se explica en las erróneas políticas de estado aplicadas. Nadie racionalmente puede gastar más de lo que produce, con el agravante de que se hizo sistemáticamente en un largo período de tiempo.

¿Cuál es la principal razón?
El gasto público es el causante en la Argentina de la inflación, de que la moneda no valga nada, de que la gente prefiera el dólar antes que el peso y que especulativamente se vuelque a la divisa. Es, la fórmula de hacer política porque la corrupción está en el gasto público. Acá hay una corporación política que decide a favor de los beneficiados de siempre, del otro lado están los perjudicados, es decir todos y la gente, es la que paga los costos de la política. Mientras usted tenga a la gente pobre, con inflación, dependiendo de los subsidios que se dan, las consecuencias están a la vista. Lo preocupante es que le hacen creer a la gente que está recibiendo beneficios y es mentira. Quienes reciben es una clase política que está enquistada en el poder, que desde 1946 como le dije antes, recibe los grandes beneficios y hoy quienes pagan la consecuencia, sin duda somos los que trabajamos.
La solución es siempre transitoria ¿Y qué hacemos para el futuro?
Hoy hay ocho millones de personas que trabajan, entre empresarios, empleados con relación de dependencia, monotributistas, etc, mientras que de la otra parte existen 24 millones de personas que reciben. Hay que pagarles a esa cantidad con ingresos de personas que están en la actividad privada, que son contribuyentes y dentro de unos años el problema explotará.
¿Esos valores también hablan de inequidad?
“Por supuesto porque una persona que está en la actividad privada sostiene a tres que por distintos motivos trabajan con el Estado. En esa franja hay jubilados, los que reciben subsidios o no hacen nada. El problema es que se malgastaron toda la plata de la Anses, entonces, hoy el dinero no alcanza para pagar a todos los jubilados.
¿En algún momento el sistema no cerrará?
Como los políticos se gastaron la plata de la Anses, hoy los contribuyentes individuales tienen que poner plata para pagar las diferencias que debe abonarse a los jubilados para que no se quiebre el sistema, es lo que sucede. Este es un sistema que prácticamente es inviable. Explotaría en el 2026.
¿De qué manera llegaríamos a esa situación?
Si una persona que trabaja sostiene a tres inactivos, la ecuación en algún momento se rompe y la lectura no deja margen para la duda; es preferible no trabajar. Dentro de unos años se estima que los 24 millones de personas que reciban el beneficio van a ser muchos más porque la cantidad de hijos que nacen de estos matrimonios, que constituyen esta base, se estima que van a ser 30 millones en ocho años. Yo creo que los argentinos tenemos que entender definitivamente que no podemos sostener una economía sin que se trabaje, o sea hay que respetar el trabajo, pero fundamentalmente a quienes trabajan.
Hablamos de los trabajadores, ¿y las empresas?
Es difícil porque las pequeñas y medianas empresas hoy son totalmente castigadas. La respuesta fácil que tiene el estado ante cualquier contingencia, es hay que aumentar los impuestos y volvemos al principio: todo cae sobre los que menos tienen. Hoy no puede ser que una pequeña y mediana empresa destine el 70% de sus ingresos entre impuestos nacionales, aportes jubilatorios, impuesto al valor agregado, actividades económicas que es el impuesto más regresivo, (Ingresos Brutos) que no contempla si usted gana o pierde, cobra exactamente igual. Mientras no se respete el trabajo en la Argentina la situación no va a cambiar”.
¿Se explica el recurrir al FMI?
Desde mi óptica se recurre al FMI porque los argentinos no tenemos la valentía de decir hasta acá ¿Y qué estamos haciendo?, estamos trasladando a tercera personas, por razones políticas, en este caso el FMI, para que nos diga que es lo que nosotros tenemos que hacer. Es lo mismo, que usted en su casa, como papá, no le diga a sus hijos, esto está mal, entonces hay que llamarlo al cura, o al tío para que venga y le diga que está actuando mal.
¿Estamos a tiempo para cambiar?
Es complicado cuando usted en 72 años mantiene una conducta donde existe una generación de argentinos que no trabajan y otros que no quieren hacerlo. Al contrario de lo que ocurre en cualquier economía desarrollada, el trabajador es castigado, es maltratado, el ave de rapiña está encima de la persona que trabaja.
¿Así llegamos a esta crisis?
Para mí todo ajuste del gobierno que se hace en forma gradual no surte efecto. Fijese usted: todo anduvo bien mientras hubo alguien que puso la plata para financiar el gasto público. El endeudamiento externo que tuvimos, se hizo a partir del festín de los políticos, pero los acreedores del exterior dijeron hasta aquí llego. Y, es lo que pasó.
¿También hubo algo de especulación?
“Ni lo dude fue el gran problema. Esto ya pasó con la hiperinflación y la convertibilidad, en determinado momento cuando se pretende que la gente se quede en pesos, no le tiene confianza al peso. Entonces, cual es el castigo, es decir si no me pagas más, que es lo que hacen los especuladores me voy a dólar. Y siempre ocurre, más cuando las reservas del Banco Central no son auténticas, son prestadas por los bancos y los inversores extranjeros, se dan cuenta que no alcanzan para pagar las letras emitidas. Seamos conscientes si nosotros seguimos sosteniendo este sistema perverso que es un gasto público real del 10% del PBI anual la situación es insostenible. Entonces lo le echemos la culpa a fulano de tal, acá somos todos responsables de haber permitido que la clase política nos haya engañado, mentido, y haya utilizado el gasto público, como principal fuente de corrupción en la Argentina. En estos momentos estamos utilizando la figura del FMI, pero en realidad somos nosotros que tendríamos que haber tomado las medidas correctivas en tiempo, sabiendo que esto iba a pasar, a lo mejor se aceleraron los tiempos.
¿Tasa altas repercuten?
Es pésimo. Las tasas altas repercuten en la actividad privada, fundamentalmente en la pequeña y mediana empresa. Porque la gran empresa tiene liquidez, consigue plata a tasa subsidiada, trae plata del exterior y es la que está colocando dinero al 40%. Las grandes están recibiendo los fondos de su actividad, que en vez de volcarlo a su producción, apuestan a las Lebac. Ese es uno de los motivos por lo que explicaba que éste modelo económico es insostenible porque no se puede gastar más de lo que producimos y no se puede pagar ese nivel de tasa porque también es insostenible. Las transferencias de recursos de un sector a otro ya se sabe cómo terminan, más en un escenario con despilfarro de emisión monetaria donde los grandes beneficiados son los que toman la decisión de emitir la moneda y en la manera en que gastan la plata pública.
Las provincias son tribus
En las provincias sucede algo similar porque yo creo que son tribus. Hay un solo jefe y todos andan detrás, el Poder Ejecutivo, el Judicial y el Legislativo, en ellos la independencia no se discute. Es distinto lo que ocurre en el plano nacional donde el Justicialismo, Cambiemos y la UCR están negociando permanentemente. En las provincias hay unicato o sea todos están detrás del jefe. Salta pasó de 40 mil empleados públicos a 64 mil, además como puede tener un déficit de 4.500 millones de pesos anuales, cuando todos sabemos que obras de infraestructura no hay. No hay una transformación de la provincia, por el contrario creció la pobreza, todas las provincias están endeudadas. Nación, Provincia y Municipio están dejando a las futuras generaciones una situación calamitosa. Todo indica que esta perpetuidad iniciada hace 72 años no tiene mira de corregirse hacia adelante, Si nos seguimos endeudando para pagar el gasto público asfixiándolo al que produce. Tenemos ocho años, que si no corregimos esta situación y si no hay un gran acuerdo entre el justicialismo y las fuerzas de cambiemos y los radicales fijando una estrategia para salir de esta situación vamos a seguir viviendo este tipo de crisis, que nos acecha desde 1946.